17 julio 2011

GRANDEZA DE MACHUPICCHU - DR. ALFREDO YEPEZ MIRANDA

 
Las pirámides expresan el alma del Egipto antiguo, en ellas, grabadas en piedra está el contenido de la filosofía egipcia, del culto de los muertos, de la idea de la inmortalidad del alma y del pensamiento cotidiano del egipcio antiguo, de considerar la vida pasajera como un camino hacia el más allá de la muerte, como una pozada fugaz, como un momento que ha de pasar y terminar en el horizonte desconocido de la muerte. 

La filosofía de la eternidad de la muerte, es la clave del pensamiento egipcio, está sustentada por esa diaria contemplación del sol que muere en la noche, del Nilo que es devorado por la sed del desierto; los dos fundamentos esenciales de la vida egipcia: el sol y el Nilo mueren en la noche y en el desierto.

Las columnas del Parthenón, las estatuas de la Venus de Milo y el Discóbolo son el símbolo "del alma griega, de la profunda filosofía de buscar en la belleza la armonía espiritual, de sentir en la libertad la suprema belleza, este pensamiento de la armonía como ordenadora del mundo fue consecuencia del espectáculo diario de un cielo maravilloso, que hacía juego con la belleza indescriptible las montañas y costas del Mediterráneo, junto a las cuales el Mar Egeo, de un azul profundo, completaban el marco de un espectáculo grandioso.

Como expresión del arte en el Perú Antiguo, para explicar el sentimiento filosófico de los incas, de la idea de la eternidad de la vida y de la belleza, como eje, base y fundamento del pensamiento incaico que originó la formación del gran Imperio Tahuantinsuyano, pongamos ese monumento milenario y admirable de Machupicchu, para descifrar los enigmas que guardan celosamente sus piedras sagradas, para describir el pensamiento que animó a sus constructores. 

Las tres mil escalinatas que ascienden desde el fondo del río rumoroso hasta las cumbres de Machupicchu, son el mensaje de la eternidad de la vida expresan el culto a la vida, a la belleza. Escalar la cumbre es el camino hacia la amplitud! del horizonte, camino al Cielo, al infinito, dominio espiritual de lo físico, ese amor a las cumbres veneradas como dioses, no conocieron egipcios ni griegos, está en el fondo de la religión inca.

Caminar en Machupicchu, hacia la cumbre, es cumplir una función física y espiritual, ascender significa mayor amplitud de horizontes, dominar mayor extensión con la vista, ascender, es el encuentro con el milagro de nuevas sorpresas, de nuevas maravillas, surge así el sentimiento estético de amor a lo grandioso, comprensión de lo bello, que adquiere un sentido espiritual, ascender a las cumbres, fue para el hombre imperial, ir al encuentro de la espiritualización, fue ir en busca de la divinidad, fue por eso Machupicchu, un refugio espiritual de los amautas, una montaña sagrada, un adoratorio como Pachacamac en la costa. Se dice que los peregrinos ascendían al Intihuatana para "oír" a la divinidad; asimismo, fue un templo, el templo del culto a la vida, en sus simbólicas formas del culto al agua, el culto a las cumbres, el culto al sol.

El culto al agua se observa en sus maravillosas fuentes. El culto a las cumbres aparece en sus magníficos altares donde las cumbres están representadas. Por el Oriente, como símbolo de la juventud de la vida está el río que llega, el día que amanece, la luz que surge tras la noche, las escalinatas que ascienden a la cumbre, por eso en el Templo de las Tres Ventanas, ellas están orientadas hacia la luz que llega al amanecer, hacia el rumor del río que canta en Oriente, hacia las cumbres gigantes del levante, que se elevan como un desafío hacia el cielo; en cambio, hacia el Poniente, está el río que se va como una despedida, está el mundo de la noche, con su insondable misterio, el mundo donde reina Mamaquilla.

Machupicchu, es obra de arquitectos convertidos en poetas, o de filósofos que manejaron la piedra, allí la naturaleza y el hombre rivalizan para decir su mensaje de belleza y divinidad. Llegar al Intihuantana es llegar a las ventanas para buscar el cosmos allí se siente la sensación más grande de espiritualidad, el Intihuantana fue para los constructores de Machupicchu el mirador de lo infinito, el lugar sagrado, desde donde se siente la inmutabilidad de la vida. El culto al agua está representado en Machupicchu, Ollantaytambo y Tambomachay, en los surtidores que cantan la inmortalidad de la vida, mientras las estrofas de los poetas se congelaron en las piedras de sus muros. 

El culto a las cumbres, al misterio de las altas montañas, que con los cielos llenos de hondura y de profundidad, conmovían a los hombres, con una ansia de infinito y de eternidad que estremecían sus almas, está en los altares de Machupicchu en el templo de Ccoricancha, en ese adoratorio admirable de Qquencco, donde se rindió culto a la belleza y a la vida.

En las piedras de Saccsayhuamán, Ollantaytambo, Ccoricancha y Machupicchu, están esas formas mórbidas y sensuales de las piedras, de las que hablan los pensadores que ahora nos visitan, son expresión del sentimiento de amor a la vida, que pusieron los artífices cuzqueños, al cantar en la piedra la idea de eternidad, porque como dijimos, fueron poetas que ensamblaron estrofas en piedra y filósofos que se estremecieron con la idea de eternidad.

Esta idea de eternidad de la vida está presidiendo como clave fundamental todos los aspectos espirituales de la organización imperial. En la fiesta del Inti-Raymi, fiesta en honor del Dios Sol, fiesta de la Pascua del Sol, del Sol que llega joven por Oriente para ,cruzar el cielo, dando vida con sus rayos al mundo, la alegría jubilosa de las multitudes reunidas como expresión de síntesis de todo el mundo en la Plaza de Huaccaypata, fiesta en la que participaban también el cortejo de momias de los emperadores fallecidos, con sus quipuccamayoc, que cantaban sus glorias, es la expresión del culto a la vida, a la juventud del sol que no muere, al imperio que no muere, donde están también vivos con su obra, los emperadores desaparecidos, este paseo de momias, así como el -culto que se rendían en los hogares a los padres desaparecidos, teniendo presente sus "malquis" para todos los actos de la vida, es otra demostración de la filosofía de la eternidad de la vida, frente a la muerte, como expresión filosófica incaica.

Como fundamento filosófico del Egipto antiguo, está la idea de la eternidad de la muerte; como fundamento filosófico del pueblo griego, está la idea del amor a la armonía y la libertad, como fundamento filosófico del pueblo del Antiguo Perú está la idea clave de la eternidad de la vida y la belleza. 






GLORIA DE MACHUPICCHU

Eres el triunfo del hombre andino que te levantó sobre abismos, El granito se ablandó en las manos bronceadas que los artistas quechuas, Los hombres copiaron el infinito que conmueve tus cielos, en esos palacio que son tu gloria, gres tierra de maravillas, donde se dan la mano el hombre y los cielos, las piedras y el -cosmos, donde reina el silencio solemne hasta adquirir la dimensión de lo infinito, donde los años no tienen nombre, donde todo es majestad de lejanías, asombro de -colores, altivez de cumbres; eres la salud para las almas, los que te buscan, al llegar hasta tus templos, vienen en busca de ellos mismos a la pascana, donde comprenderán su destino, para llevarse un pedazo de tu cielo en la mirada, y un latido de tu río en el corazón, como recuerdo del caminante que cumplió su jornada.

Los siglos se conmueven al contemplar tu fama. Tu nombre resuena por todos nuestros pueblos, se extiende a través de los andes por los campos de América y tu fama llega a los cinco continentes, como una palabra mágica, dorada, reluciente, que atrae y fascina y que todos repiten con ansiedad: Machupicchu, llegaré hasta Machupicchu, me inclinaré en sus templos, dicen los hombres esperanzados. Los peregrinos de la época imperial, los viajeros del mundo contemporáneo, los hombres del ayer y las gentes de hoy, te buscan con el mismo afán, para confundirse contigo, para sentirse parte de ti, para comprender así el soplo misterioso de los siglos que cantan tu historia en las piedras sagradas de tus muros. 

Sólo así se escucha el lenguaje escrito en las rocas de tus templos, sólo así mediante esa unión espiritual, se oye tu mensaje eterno, al admirar cómo tus cielos, esos maravillosos cielos, llenos de hondura y de color, se armonizan con tus cumbres y con tus muros, donde las piedras fueron colocadas por titanes que tenían poesía en la mirada y delicadeza de paloma en las manos. Los peregrinos imperiales llegaban a "oír" la voz del destino, eras un oráculo que anunciaba la .clave misteriosa del porvenir. Ahora también los visitantes de todo el mundo, que llegan para admirarte, para amarte y amándote comprenderte y oírte, piensan que eres descanso para sus fatigas, y que ha de penetrar en su corazón la juventud eterna de tu sol. Orgullosos al volver a sus lares dicen con voz de triunfo que suena como un clarín: Yo estuve en Machupicchu. 

¿Qué eres Machupicchu? Te llaman CIUDAD REFUGIO DE LOS INCAS DE VILCABAMBA. Te nombran: PACARINA DE LOS AYAR LEGENDARIOS. Te apellidan; CIUDAD DE LA ESPERANZA. Te califican: CIUDAD DORMIDA. Unos: CIUDAD DE PLATA. Otros: OCTAVA MARAVILLA EL MUNDO. 


 
Yo te proclamo que eres Templo donde se adoraba la vida, como eternidad. Aquí todo es himno a lo Eterno. La vida palpita como una primavera en tus cielos, en tus cumbres, en tus andenes, en tus muros, en tus calles misteriosas, en tu río sonoro, en tu luz única. Los alarifes incaicos se estremecieron con el soplo de eternidad de tus montañas, y cantando construyeron tus muros. Es que Machupicchu eres única, eres escalera hacia lo infinito, donde se siente el soplo cósmico que anima a todas las cosas, llegando a ti resucita el pasado, tus muros cobran vida, tus .piedras hablan. 

Se oye el coro de las sacerdotisas en el Templo de las Tres Ventanas, elevando, hacia el profundo cielo sus plegarias como esperanzas. Se ve a los amautas silenciosos, contemplando el Intihuantana, meditando sobré la esencia de las cosas. Más aquí, está el Inca buscando oír en el rumor del viento la voz del destino que le muestre el rumbo de nuevas victorias. El rumor de las fuentes sagradas junto al Torreón del Inca, sirve de fondo musical a la ceremonia del culto a las Cumbres, que realizan los sacerdotes sobre las piedras santas. Ha como ayer, los que llegan hasta ti, buscan salud espiritual para sus almas, eres por eso, monumento a la vida, templo donde se adora lo Eterno, montaña donde se comprende lo sublime. Ciudad donde nunca envejece el alma.

Machupicchu montaña sagrada, capital filosófica edificada por Pachacútec. Tus piedras son como notas musicales que cantan un himno a la vida, sinfonía  congelada al amanecer, como la luz y el color hecho alma en esas danzas indígenas junto al Lago Titicaca, o como esa Piedra de los Doce Ángulos de Hatunrumiyoc, clave de la idea de filosofía política, de ensamblar piedras como pueblos y como almas.

Machupicchu, eres la imagen del pasado, eres nuestro corazón, eres nuestro emblema. Cuando llegamos hasta ti, queremos escuchar tu voz. Sentirnos incas y meditar, sentirnos amautas y comprender tu misterio, traernos un pedazo de tu tierra, como talismán para nuestras jornadas. Traernos ese vibrar del mundo cósmico de tus cielos profundos. La melancolía del crepúsculo petrificada En yaraví, o tus escalinatas que parecen un anhelo trunco de llegar al infinito. Machupicchu, emblema del Perú, eres gloria de todo el mundo. El alma del Antiguo Egipto, está en las pirámides inmortales. La vida de la Legendaria Grecia, se siente en las formas maravillosas de la Venus de Milo, portento de luz y armonía. El anhelo de la civilización incaica de plasmar en piedra su ansia de eternidad y vida, está en sus muros hechos de .ensueño y maravilla. 

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